Mientras cumplía su condena de 40 años en la cárcel La Tramacúa, el violador y asesino de niños luchó una prolongada batalla contra varias enfermedades, incluyendo cáncer de piel, cáncer ocular y leucemia, lo que provocó que durante sus últimos años de vida su salud se fue deteriorando gradualmente, con padecimientos eran evidentes.
En momentos de dolor,
Con la noticia de su muerte, han surgido
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Dos peticiones especiales destacaron en los últimos días de Garavito. La primera involucraba el lugar de reposo de sus restos mortales. El asesino deseaba ser enterrado en Valledupar, donde había pasado varios años de su condena, en lugar de ser sepultado en Quindío, su ciudad natal. Su segunda solicitud fue que la ceremonia de su funeral fuera oficiada por un pastor evangélico que había estado a su lado durante sus últimos años, mientras buscaba el perdón por los horrores que había cometido contra numerosos niños inocentes.
No obstante, la primera voluntad de 'La Bestia' parece no ser cumplida debido a que un sobrino del violador inició los procedimientos para reclamar su cuerpo, que, de ser entregado, sería cremado en Valledupar y sus cenizas trasladadas posteriormente por su familia hasta Génova, Quindío.
Luis Alfredo Garavito inspiró horror y repugnancia en innumerables personas, dado que en su momento confesó haber violado y asesinado a más de 200 niños en Colombia, Ecuador y Venezuela. A raíz de estas atrocidades, en 2002 fue privado de su libertad y confinado en la Cárcel de Alta y Mediana Seguridad, mejor conocida como 'La Tramacúa' de Valledupar.
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La noticia de su fallecimiento pone fin a una triste página de la historia de Colombia, dejando tras de sí la huella indeleble de su maldad.