El sádico criminal Luis Alfredo Garavito , conocido como uno de los más despiadados asesinos y violadores de menores en Colombia, no cumplió su condena completa cuando la muerte lo encontró. Aunque se le atribuyen más de un centenar de crímenes atroces, estimaciones sugieren que la cifra podría ser aún más espeluznante. Garavito, en un macabro gesto, confesó varios de estos asesinatos, colaborando con las autoridades al revelar la ubicación de algunos de los cuerpos de sus infortunadas víctimas.
La última vez que se tuvo noticias de este monstruo fue a través de una entrevista realizada por los periodistas Rafael Poveda y Kevin Pinzón en el programa ‘Testigo Directo’ quienes tuvieron la oportunidad de entrevistarlo durante más de 5 horas consecutivas de diálogo donde confesó sus aberrantes crímenes. Posteriormente los periodistas narraron cómo era la celda donde el criminal pasó sus últimos años de vida.
Rafael Poveda describió el espacio como una especie de sala con un espacio adicional a modo de habitación, según dijo la celda del asesino era relativamente amplia, considerando su confinamiento. Este lugar estaba ubicado en una zona segregada del resto de los reclusos, por razones de seguridad.
“Pasamos cinco horas con él... Su celda era como una suerte de sala, aunque no se le puede llamar así. Al fondo estaba su habitación, pero no pudimos ingresar; queríamos averiguar qué había en las paredes”, compartió Rafael Poveda.
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A pesar de las circunstancias, ambos periodistas lograron mantener una larga conversación con Garavito, sin la presencia de la cámara. En este encuentro, el pederasta habló sobre una serie de recortes de periódico que conservaba en su celda, todos relacionados con él.
“Poseía un maletín repleto de recortes de periódicos y además, con todos los comprobantes de los lugares que visitó. Estuvimos sentados; Kevin a la izquierda, él al frente y la verdad, fue una conversación sin cámara sumamente interesante”, concluyó.
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La Policía había señalado previamente que el modus operandi de Garavito consistía en ganarse la confianza de los niños ofreciéndoles regalos o dinero, antes de llevarlos a lugares apartados donde perpetraba los abusos sexuales, torturas y, finalmente, les arrebataba la vida.
Garavito fue detenido en 1999 y condenado a una pena inicial de 1.853 años de prisión. No obstante, debido a las leyes colombianas, su tiempo en prisión se vio reducido a 40 años. La ciudadanía y las autoridades aun continúan reflexionando sobre el sombrío legado de este despiadado criminal que tanto daño causó a cientos de familias colombianas.
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