El estado de salud del papa Francisco sigue siendo crítico pero estable, según el último informe de la Santa Sede. El sumo pontífice, de 88 años, permanece hospitalizado en el hospital Gemelli de Roma, donde recibe tratamiento por una neumonía bilateral. Además, se espera el resultado de una nueva tomografía computarizada (TAC) para evaluar la evolución de la enfermedad.
El Vaticano informó que, pese a la gravedad de su condición, Francisco no ha presentado episodios agudos respiratorios recientes y sus parámetros hemodinámicos se mantienen dentro de los valores normales. Sin embargo, el pronóstico de los médicos sigue siendo reservado, lo que significa que no hay certeza sobre la evolución de su estado en los próximos días.
En medio de su hospitalización, el pontífice también enfrenta una insuficiencia renal leve, la cual está siendo monitoreada de cerca por su equipo médico. Aunque no se considera alarmante, esta afección requiere seguimiento constante para evitar posibles complicaciones.
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A pesar de su estado de salud, Francisco ha retomado algunas de sus responsabilidades desde su habitación en el hospital. Se ha reportado que sigue lúcido y orientado, lo que le ha permitido firmar decretos y realizar ciertos nombramientos . No obstante, sus médicos han recomendado que mantenga reposo absoluto y evite actividades que puedan comprometer su recuperación.
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La Santa Sede confirmó que el papa continúa recibiendo terapia de oxígeno, aunque con un flujo reducido en comparación con días anteriores. Anteriormente, había experimentado una crisis respiratoria severa que requirió transfusiones de sangre debido a una anemia detectada en sus últimos exámenes médicos.
Mientras Francisco sigue bajo observación, los fieles y miembros de la Iglesia han mostrado su apoyo mediante vigilias y oraciones. En la Plaza de San Pedro, se han organizado rezos del rosario en su nombre, con la participación de cardenales y representantes eclesiásticos.
El papa también ha recibido visitas de altos funcionarios del Vaticano, como el cardenal Pietro Parolin y el arzobispo Edgar Peña Parra, quienes han mantenido comunicación directa con él durante su hospitalización. Entre sus últimas acciones, firmó la canonización de José Gregorio Hernández Cisneros, convirtiéndolo en el primer santo de Venezuela.
Las enfermedades que aquejan al papa Francisco
Francisco ha enfrentado varios problemas de salud en los últimos años, y su estado actual es consecuencia de un cuadro respiratorio complejo. Inicialmente, fue ingresado por una bronquitis con infección polimicrobiana, que luego derivó en una neumonía bilateral, agravando su capacidad pulmonar. Además, sufre de insuficiencia renal leve, una condición que, aunque controlada, requiere constante supervisión para evitar un deterioro mayor.
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Otro factor que ha complicado su recuperación es una anemia que le provocó una reducción significativa en sus plaquetas, lo que llevó a los médicos a realizarle transfusiones de sangre. La combinación de estos padecimientos ha mantenido su estado en una situación delicada, lo que obliga a los especialistas a monitorear su evolución día a día.
Por ahora, el equipo médico se mantiene en alerta mientras se esperan los resultados de la nueva TAC, que será determinante para evaluar el progreso de su recuperación. La comunidad católica sigue atenta a los comunicados oficiales sobre su estado de salud.
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