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Policía 'tiktoker' hace delicada denuncia contra la institución, ¿hay censura?

El creador de contenido utilizó sus redes sociales para hacer esta denuncia, además de comentar que su familia está afectada por todo lo que está ocurriendo con él dentro de la institución.

Educó con empatía y lo castigaron: el caso que indigna a Santa Marta "nadie quiso escucharme"
Ricardo Andrade hace una denuncia que tiene en duda su carrera como policía
Foto: tomada de Instagram @elpoliciasamario_ / Facebook el policía samario

Pocos lo reconocen por su nombre real, pero al mencionar la cuenta @elpoliciasamario_ en redes sociales, muchas personas en Santa Marta y otras ciudades lo identifican al instante, esto por la forma en la que educa a los infractores para evitar fotomultas.

Se trata del patrullero Ricardo Andrade, un policía que utilizó las plataformas digitales como una herramienta creativa y cercana para educar, prevenir y generar un impacto positivo en la comunidad. Sin embargo, según Andrade le ordenaron detener esta labor.

A pesar del éxito y la buena acogida de sus videos, que promovían la conciencia ciudadana y mostraban el trabajo policial desde un enfoque humano. Según el policía recibió una notificación formal que le exigía abandonar su actividad en redes sociales, bajo amenaza de sanciones disciplinarias si no cumplía.

Ni él ni sus más de un millón de seguidores en Facebook, Instagram y TikTok comprenden esta decisión. Sus publicaciones no buscaban fama ni ridiculizar a nadie; su estilo consistía en dialogar con infractores de tránsito y ciudadanos, usando el respeto como herramienta para generar reflexión. Nunca impuso castigos, solo buscaba enseñar.

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Tras la advertencia, decidió modificar su contenido: dejó de hablar directamente sobre temas policiales y comenzó a enfocarse en escenas cotidianas de la vida urbana. Aun así, afirma que las represalias no cesaron.

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Según relata, fue retirado de su lugar habitual de trabajo en Santa Marta y trasladado primero a Ciénaga y luego a San Andrés. Considera que estos movimientos no fueron casuales, sino una estrategia para distanciarlo de su familia, su audiencia y su influencia en redes.

“Me la tienen montada”, asegura, señalando a dos altos mandos policiales como responsables de lo que considera una persecución.

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“He intentado resolver esto por los canales oficiales, hablé con superiores en Santa Marta y a nivel nacional, pero nadie quiso escucharme. Por eso decidí hablar desde mis redes”, explicó.

Actualmente enfrenta una investigación disciplinaria por un video grabado estando fuera de servicio y vestido de civil. En dicho video aparece con un niño en un parque; el patrullero lo sube a su carro como parte de una dramatización sobre el cuidado infantil, con el consentimiento de la madre y el menor. Andrade insiste en que no cometió ninguna falta.

Su situación también ha afectado emocionalmente a su familia. Su madre, su esposa y su hermana han sufrido las consecuencias. En un video reciente, su madre se quebró en lágrimas:

“Mi hijo es un buen hombre, un gran policía. Si algo le ocurre, hago responsables a esos dos que quieren acabar con él. No puedo dormir, el dolor de madre no se calla”, afirmó la mamá de Andrade.

Su esposa también manifestó su angustia: “Estamos en tratamiento para tener hijos y no lo hemos logrado por el estrés. ¿Cómo se puede formar una familia en medio de tanto maltrato?”.

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Además, Andrade denuncia que fue retirado del área de Comunicación Estratégica, donde trabajaba de manera más formal en contenidos digitales. También le cancelaron un traslado aprobado en 2021, que le permitía cuidar a su madre enferma.

“Me enviaron a Ciénaga y luego a San Andrés, como si quisieran forzarme a renunciar. Fui a Bogotá a pedir ayuda, pero ni siquiera me dieron la oportunidad de hablar con el director de la Policía”, concluye el patrullero, quien hoy se siente aislado, observado y castigado por intentar mostrar una imagen distinta de la institución a la que juró servir.

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