La Navidad, y particularmente la Novena de Aguinaldos, representa uno de los picos de fervor en la tradición católica latinoamericana, siendo un eje central en países como Colombia y Ecuador.
Este ritual, que abarca nueve días —desde el 16 hasta el 24 de diciembre—, se establece como una preparación espiritual meticulosa para celebrar el Misterio de la Encarnación y el nacimiento de Jesús.
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Lejos de ser solo un momento para compartir aguinaldos y villancicos, la Novena es una secuencia de rezos cuya correcta ejecución es vital para alcanzar su máximo potencial espiritual.
En el corazón de esta tradición, escrita originalmente por fray Fernando de Jesús Larrea en el siglo XVIII y publicada formalmente en 1784 en Bogotá, yace una súplica de inmenso poder:
Esta plegaria no es una mera formalidad; es el punto culminante de la Novena, reservado para exponer la petición más profunda del creyente.
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Protocolo para rezar la Oración del Niño Jesús y activar promesa de gracia
La eficacia de esta poderosa oración radica en su contexto y en la promesa que la sostiene. Según el texto tradicional, el Niño Jesús mismo se dirigió a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento con unas palabras de consuelo dirigidas, a través de ella, a "cada devoto".
La promesa es inequívoca y absoluta: "Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos de mi infancia y nada te será negado".
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Esta afirmación, que establece los "méritos infinitos" de la encarnación y la infancia de Cristo como la vía para obtener la gracia, es la razón por la que los fieles acuden a Él con total confianza.
Al considerarlo la "misma verdad," los devotos se entregan al "Niño omnipotente" con la certeza de que su esperanza no quedará "frustrada" y que su súplica será despachada favorablemente "en virtud de vuestra divina promesa".
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Si bien la promesa de que "nada te será negado" es amplia, es crucial revisar la esencia de lo que la oración pide según la tradición.
El devoto, al exponer su "miseria" ante Jesús, busca una gracia que le ayude a "llevar una vida santa para conseguir una eternidad bienaventurada". Pide la concesión de la "gracia de la cual necesitamos tanto".
Es importante destacar que el texto de la Novena y la Oración al Niño Jesús, tal como se presentan en las fuentes, no incluyen menciones explícitas sobre la atracción de riqueza material o dinero; su enfoque primario está en el crecimiento espiritual, la humildad y la consecución de una vida en santidad.
La "gracia principal" solicitada se inserta en un marco de preparación interna y valores cristianos.
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Para que la súplica final sea escuchada, debe inscribirse en el "orden correcto de las oraciones" de la Novena. Este protocolo busca llevar al creyente de la reflexión a la intercesión, y finalmente, a la petición directa:
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- Apertura y reflexión: Se inicia con la persignación y un villancico alegre para establecer el ambiente festivo. Inmediatamente sigue la Oración para todos los días, considerada la oración principal y formal de la Novena. Opcionalmente, se puede incluir el Acto de Contrición para pedir perdón.
- Meditación profunda: Se lleva a cabo la Consideración del Día o Lectura del Día, que ofrece una reflexión específica que aborda un momento o personaje del Adviento, como la llegada de la Virgen María y San José a Belén.
- Fervor comunitario (Los Gozos): Continúan los Gozos al Niño Jesús o Aspiraciones, la parte más emotiva y reconocida. Estos versos, a menudo cantados, son una invocación ferviente que comienza con el llamado: “¡Ven a nuestras almas, Ven no tardes tanto!”.
- Intercesión familiar: Antes de dirigirse al Niño, se reza a sus padres terrenales: primero la oración dedicada a la Santísima Virgen María, y luego la oración dedicada a San José.
- El Clímax Ritual (La Petición): Solo al completar los seis pasos anteriores, se llega a la Oración al Niño Jesús. Este es el momento designado para que el devoto, con total fe en la promesa divina, exponga la gracia principal que desea conseguir.
- Cierre formal: La plegaria se sella con el rezo tradicional de un Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
- Convivencia y Celebración: Finalmente, la reunión concluye con otro villancico festivo y el compartimiento de los tradicionales aguinaldos, como la natilla y los buñuelos.
El seguimiento estricto de este orden asegura que la familia no solo cumpla con la costumbre, sino que también promueva la transmisión de valores fundamentales como la gratitud, la solidaridad y la humildad a las nuevas generaciones, enseñándoles una valiosa forma de comunicación con el Señor.
Los rezos de la Novena de Aguinaldos son la manera de "prepararse por dentro" para la Navidad, tanto como se seleccionan los mejores trajes para las fiestas.
Oración completa del Niño Jesús
¡Oh, dulcísimo Niño Jesús!,
que dijisteis a la venerable Margarita del Santísimo Sacramento,
y en persona suya a cada devoto,
estas palabras tan consoladoras
para nuestra pobre humanidad agobiada y doliente:
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'Todo lo que quieras pedir, pídelo por los méritos
de mi infancia y nada te será negado.'