
Laura G se vio obligada a entregar millonarios regalos que le dio su ex; con lista en mano
La reconocida comunicadora, Laura G, reveló los escalofriantes detalles de su fugaz romance en Dubái, donde la opulencia se convirtió en una pesadilla.

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La figura pública, Laura G, conocida en Colombia como comunicadora social, modelo y empresaria, y por su participación en diversos realities, abrió recientemente un capítulo inédito de su vida en El Klub de La Kalle, revelando el verdadero motor que la mantuvo durante un tiempo en Dubái.
Lejos de ser una elección profesional o un capricho personal, la razón de su residencia allí era simple y radical: su expareja, identificado como Hugo, quien es el "más nombrado" en su historial sentimental.
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Según confesó Laura G, su vida en los Emiratos Árabes era cómoda y de lujos, al punto de contar con un automóvil de alta gama, un Maserati.
Sin embargo, a pesar de las comodidades y la opulencia que pudo haber experimentado en esa ciudad, su permanencia estaba sujeta estrictamente a la existencia de la relación amorosa que mantenía.
La propia Laura G relató que el tiempo que duró en esa exótica ciudad fue "netamente por él". Durante tres años, la comunicadora planeó su futuro junto a Hugo, la persona con la que incluso consideraba casarse. No obstante, esa relación llegó a su fin por decisión propia de la modelo.
"Yo me separé hace más de un año. Yo termino con él. Tomó la decisión de terminar la relación y en Dubái estaba viviendo netamente por él, entonces ¿qué me iba a quedar allá?".
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Una vez tomada la firme decisión de finalizar el vínculo con Hugo, la justificación para permanecer en Dubái desapareció por completo.
La empresaria decidió entonces priorizar sus raíces y sus compromisos en Colombia, regresando para enfocarse nuevamente en su carrera y en su núcleo familiar. "Regresé aquí a Colombia por mi negocio y mi familia y todo", expresó Laura.
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Este movimiento implicó dejar atrás la vida y los bienes materiales que poseía en el extranjero.
Aunque la relación de tres años con Hugo fue la principal causa de su residencia en Dubái, Laura también hizo referencia a una pareja posterior, aunque muchísimo más breve, que también conoció en esa ciudad y que le generó problemas distintos.
Laura G detalló que, aparte de la larga relación con Hugo, tuvo otro vínculo sentimental en Dubái que apenas se extendió por 20 días.
Es fundamental distinguir entre ambas experiencias: la relación de tres años, con el hombre con el que se iba a casar (Hugo), y la relación fugaz de 20 días, que, como se detallará en otra nota, fue la que desencadenó un escándalo de devoluciones y listas de regalos.
Inmediatamente después de la ruptura, el sujeto le solicitó la devolución de absolutamente todos los obsequios que le había hecho durante esas escasas tres semanas.
Lo más impactante de la situación fue el meticuloso control que el hombre mantenía sobre sus gastos. No solo pidió la restitución de los artículos, sino que contaba con "la lista de todo lo que me había dado collares, relojes, todo".
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Laura G enfatizó que ella nunca había solicitado esos regalos, sino que la entrega de los artículos —la mayoría de marca— fue una manifestación de la voluntad del sujeto en su momento. Él mantenía un registro exhaustivo de las transacciones, ya que "él pagaba las cosas con la tarjeta y tenía costos. Tenía todo".
Laura G expresó su profundo descontento con la situación, reflexionando que si los regalos se iban a pedir de vuelta, "mejor no regalarlo".
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La magnitud de los regalos era tal que la cantidad de dinero que la modelo tuvo que devolver se describió como "mucha plata". Entre los artículos de altísimo valor que le fueron exigidos, destacaban dos activos de precio monumental:
El retorno de estos bienes, que sumaban cientos de millones, fue motivado por el deseo de "evitar problemas". Laura G confesó que la extrema generosidad del hombre, quien fue descrito como una "persona muy amplia que exageró", le había generado "sustó recibir todos esos regalos".
La sensación de miedo aumentó cuando el sujeto llevó su obsesión a un nivel físico al tatuarse el nombre de “Laura G” en el brazo, incluso después de que ella regresara a Colombia. Esta acción confirmó su percepción de que el hombre era "muy compulsivo".
Mira la entrevista completa: