El candidato presidencial Sergio Fajardo, quien constantemente subraya su trayectoria y experiencia como matemático y profesor universitario, enfrentó una de las preguntas más personales y sensibles que rodean su imagen pública.
Durante el diálogo en El Klub de La Kalle, se le inquirió directamente sobre si le había gustado alguna alumna, o si había llegado a tener un "cuento" (relación) con alguna de ellas.
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Fajardo, quien fue profesor en la Universidad de los Andes y en la Nacional, no evadió la consulta, reconociendo con naturalidad que, sin duda, había "alumnas atractivas" en sus clases.
No obstante, la respuesta del aspirante, que se encuentra en su tercera campaña presidencial, fue categórica, dibujando una línea inquebrantable de conducta profesional.
"Sin duda que había atractivas, o sea, que uno mira, pues es que no tiene nada de gusto a cuento ahí, pero nunca hubo un ‘Vamos a tomarnos un café’ ", afirmó Fajardo con firmeza.
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Su postura fue la de mantener siempre un rol de estricta profesionalidad y seriedad. "Yo siempre he sido muy serio en mi papel de profesor, alumnos, alumnas, siempre fui serio", declaró.
La insistencia sobre si había mantenido alguna relación con una estudiante después de que esta se graduara o dejara la universidad también fue negada de plano.
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Adicionalmente, se le preguntó si alguna mujer le había "tirado los perros" (flirteado) buscando subir la nota, a lo que también respondió negativamente.
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Como matemático, aborda la llegada de la Inteligencia Artificial no como una amenaza, sino como una herramienta que exige mayor criterio y razonamiento por parte del estudiante.
Afirma que, aunque un alumno use herramientas como ChatGPT para hacer un trabajo, él como profesor tiene la capacidad de preguntar y determinar si el estudiante "entendió o no entendió" la información.
Esta ética de la coherencia y el rigor se extiende a su pasado como estudiante, donde reveló una anécdota en la que se le presentó la oportunidad de copiar en un examen en la Universidad de los Andes, a través de una ingeniosa técnica de un amigo, pero optó por no hacerlo:
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"Yo no soy capaz de copiar esto", se dijo a sí mismo. Obtuvo un 3.5 en la materia que le bajaba el promedio, pero pasó sin recurrir a la trampa.
Fajardo, quien se define como un político que "no es igual" y "no es ladrón", utiliza estos ejemplos de su vida académica para cimentar la confianza ante el electorado.
Él sostiene que su línea de vida ha sido coherente, luchando siempre contra la desigualdad social y promoviendo la educación como el "mecanismo para que cualquier persona independientemente del lugar donde haya nacido pueda desarrollar su capacidad y su talento para ser libre".
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Es en el contexto político, y no en el aula, donde Fajardo admitió haber recibido piropos o cumplidos sobre su persona. Rememoró un evento de campaña en Villavicencio donde una mujer se le acercó y le dijo:
"A usted es un gusto verlo y oírlo". Este gesto, que calificó de "bonito" y "elegante".
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Mira la entrevista completa aquí: