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Este es el hombre que alimentó palomas en plena toma del Palacio de Justicia

En medio del caos de la toma de noviembre de 1985, un desconocido se coló en la Plaza de Bolívar, sembrando maíz para las palomas, como si no estuviera pasando nada a sus espaldas.

Hombre de las palomas en el Palacio de Justicia
Foto: captura redes sociales

El 7 de noviembre de 1985 marcó uno de los capítulos más oscuros en la historia de Colombia, la toma del Palacio de Justicia por parte del M‑19 y la posterior retoma militar que dejó decenas de muertos y desaparecidos.

En medio del humo, los tanques y la evacuación de rehenes, apareció una imagen que quedó grabada con nitiedez, un hombre vestido de negro cruzó la plaza que antecede al edificio, dejó una botella en el suelo, esparció maíz y esperó a que las palomas acudieran a su comida.

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Se evidencia que el hombre mantenía la calma pese a las explosiones, gritos y la tensión que estaba en el aire.

¿Quién era este sujeto? ¿Por qué se atrevió a entrar cuando los accesos estaban acordonados y el centro de Bogotá era zona de guerra? Son algunas de las preguntas que dejó esta evidencia.

¿Qué pasó con el hombre de las palomas?

El misterio permanece intacto, pues mientras armas y diplomacia estaban en juego, alguien sembró de granos la plaza más importante de Bogotá.

Ningún registro oficial logró identificar al hombre; las investigaciones sobre la toma del Palacio de Justicia han tocado múltiples frentes, las víctimas, los desaparecidos, las responsabilidades del Estado y de la guerrilla, pero este suceso quedó como un acontecimiento poco relevante.

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Hace décadas que la imagen circula como metáfora, la calma frente al caos, la normalidad extrema en medio de lo extremo. Quizás el hombre que alimentaba palomas lo hacía sin conciencia del atentado o quizás lo hizo consciente de lo que pasaba.

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Cuarenta años después, la escena del hombre de las palomas sigue despertando curiosidad y cuestionamientos en generaciones que no vivieron aquella tragedia.

Las redes sociales han rescatado el fragmento de video una y otra vez, comparándolo con momentos de calma absurda dentro del caos, sin embargo, algunas personas lo ven como un símbolo de indiferencia ante la violencia y otros, como un gesto de humanidad en medio del horror.

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