La noticia del traslado de Epa Colombia de la cárcel El Buen Pastor a la Estación de Carabineros en el Parque Nacional de Bogotá generó un intenso debate en la opinión pública colombiana.
Lo que para muchos parece un "privilegio" o un "trato VIP" debido a su fama y dinero, es explicado por su abogado, Francisco Bernate, como una medida "excepcional" y necesaria, producto de una serie de circunstancias delicadas y una intervención de alto nivel.
Bernate explicó para El Klub de La Kalle la validez de la indignación popular, explicó que, si bien una guarnición militar está concebida lógicamente para personas vinculadas a las fuerzas militares o que han cometido delitos en el ejercicio de su función, la "pésima situación penitenciaria" en Colombia llevó a que, de manera excepcional, estos lugares se conviertan en centros de reclusión ordinarios para aquellos cuya seguridad o tranquilidad están en alto riesgo.
Mencionó ejemplos como los condenados o procesados por el caso de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo o el caso Marcelo Pecci, quienes también han sido recluidos en este tipo de establecimientos.
El abogado detalló que el traslado de Epa Colombia no fue una decisión arbitraria, sino el resultado de una petición formal presentada hace dos meses al Ministerio de Justicia y al INPEC. Esta solicitud ponía de manifiesto "situaciones muy delicadas" relacionadas con la tranquilidad, la salud física y el bienestar emocional de Daneidy Barrera Rojas en su lugar anterior de reclusión.
Ella misma había denunciado públicamente las condiciones precarias, incluyendo la alimentación insuficiente y la presencia de ratas, a través de un video.
Las autoridades, tras evaluaciones e investigaciones cuyos detalles específicos no son conocidos por el abogado, concluyeron que las condiciones de Epa Colombia eran "delicadas" y que necesitaba ser ubicada en un lugar donde su salud y seguridad estuvieran a salvo.
La visibilidad y notoriedad de Epa Colombia jugaron un papel paradójico en esta situación. Por un lado, su fama la hacía "más vulnerable" dentro del establecimiento penitenciario. Bernate explicó que desde el momento en que comenzaron a circular videos donde se reconocía su voz y su disposición a dar entrevistas, esto tuvo "consecuencias" y "no fue bienvenido al interior del establecimiento".
El abogado enfatizó el "deterioro físico" que Epa Colombia había experimentado, visible incluso en su fotografía de reseña del día del traslado, así como su "deterioro emocional".
Por otro lado, esa misma visibilidad, particularmente la intervención directa del presidente Gustavo Petro, fue crucial para que la petición de traslado avanzara. Bernate reveló que el presidente Petro realizó "tres o cuatro alocuciones presidenciales" en las que se refirió al caso de Epa Colombia y exigió al ministro de Justicia una resolución.
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"Si el presidente de la república no hubiese hecho estas peticiones, pues esto no habría pasado a pesar de lo urgente y lo necesario", afirmó Bernate, destacando que la intervención presidencial "le dio un impulso muy importante a la petición que habíamos hecho".
No obstante, esta misma atención presidencial no fue "recibido con todo el agrado" al interior del lugar de reclusión, lo que le generó complicaciones adicionales.
El abogado entiende que la gente cuestione el porqué Epa Colombia sí recibe este tipo de trato mientras miles de mujeres en otras cárceles, con hijos y problemas de seguridad y salud, no lo hacen.
"Yo siento que la gente tiene razón", dijo Bernate, reconociendo que el colombiano de a pie entiende que Daneidy cometió un error y un delito, pero que no fue un acto de terrorismo.
La dificultad para manejar su notoriedad dentro de la cárcel la convirtió, desafortunadamente, en una "especie de comodín" en el debate público sobre la justicia y la equidad en el sistema penitenciario.
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