A medida que Colombia se prepara para celebrar el día de la Virgen de la Inmaculada Concepción, la tradición de encender velas toma un lugar central, llevando consigo una paleta de colores que representan deseos profundos y anhelos familiares.
En la víspera de esta festividad, los hogares colombianos se adornan con una variedad de velas de distintos colores, cada uno con un propósito y significado particular. Las velas no son solo elementos decorativos, sino símbolos de esperanza y peticiones para atraer lo que se desea en la vida.
Entre las diversas tonalidades, la vela amarilla o dorada se destaca por su conexión con la atracción de prosperidad, abundancia y bienestar económico. Este tono, asociado con la sabiduría y la armonía, se enciende con la esperanza de abrir caminos para la llegada de la estabilidad financiera.
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Por otro lado, las velas rojas, reconocidas por su vínculo con el amor y la pasión, se convierten en el foco para aquellos que buscan avivar relaciones o fortalecer la conexión romántica en sus vidas. No se limitan solo a personas solteras, sino que son una expresión de deseo para revivir la pasión en relaciones existentes.
Las velas rosadas, consideradas igualmente poderosas en el ámbito amoroso, se orientan no solo hacia las relaciones de pareja, sino también hacia el amor propio, la autoestima y la búsqueda de una relación más positiva con uno mismo.
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El día previo a la festividad de la Virgen de la Inmaculada Concepción, las calles se llenan de luz con faroles y velas de diversos colores, manifestando los deseos más íntimos del corazón. Es una noche en la que las familias se reúnen para realizar oraciones y pedir a Dios por sus aspiraciones más profundas.
Esta fecha marca no solo una celebración religiosa, sino también el inicio de la temporada navideña en muchos hogares colombianos. Los árboles de Navidad, pesebres y demás adornos se suman a la decoración, creando un ambiente cargado de tradición y significado familiar.
La noche de velitas es mucho más que una tradición; es un momento en el que las esperanzas se encienden junto con las velas, expresando la fe y la conexión entre la comunidad, los deseos personales y las creencias religiosas arraigadas en el corazón colombiano.
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