El 6 de marzo pasado, las autoridades confirmaron el hallazgo del cuerpo sin vida de Jerónimo Angulo, un niño de tres años que había sido reportado como desaparecido tan solo un día antes por sus familiares en Fusagasugá, una localidad cercana a Bogotá.
Según los relatos de la madre del niño, Karen Arcila, Jerónimo desapareció el martes por la tarde mientras jugaba con uno de sus hermanos afuera de su casa en el barrio Carlos Lleras de Fusagasugá.
"Estaba jugando con el hermanito a las afueras de la casa en el barrio Carlos Lleras de ese municipio. Yo estaba trabajando, su padrastro estaba con ellos y con la niña", explicó Arcila.
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Sin embargo, con el paso del tiempo, se revelaron versiones de los vecinos que contradecían a lo que decía la madre del niño, indicando que Jerónimo nunca había estado con los niños con quienes supuestamente jugaba.
Más tarde, el padrastro del niño fue capturado, aparentemente cuando intentaba escapar del municipio. Se reveló que había sido captado por cámaras de seguridad trasladando el cadáver del menor hasta la escombrera donde fue encontrado, llevando un costal que contenía al niño.
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Durante la captura, el hombre mostró frialdad, pero recientemente se dieron a conocer imágenes mientras estaba bajo custodia de la Policía en las que parece desconocer lo que hizo e incluso suplica a Dios.
Vale la pena mencionar que, según las investigaciones, el menor era objeto de maltrato. Jerónimo y sus cinco hermanos, todos menores de edad, habían estado bajo el cuidado del Bienestar Familiar desde hace varios meses. Así mismo, se conoció que el examen forense reveló un cuadro de maltrato extremo, con múltiples golpes en los minutos previos a su muerte.
El pasado viernes, el juez primero de Fusagasugá estableció que Giovanny Díaz representaba un peligro inminente para la sociedad y ordenó su reclusión en la Cárcel Modelo.
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