
El alimento que NO deberías consumir y que lo haces todos los días; envejece tu piel
Reconocida médica cirujana estética y funcional, reveló cómo este popular hábito diario podría estar saboteando la juventud de tu cutis.

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En la búsqueda incesante de la juventud y una piel radiante, a menudo pasamos por alto enemigos ocultos en nuestra rutina diaria. Uno de los más sorprendentes, por su omnipresencia en la vida de muchos, es nada menos que el café.
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Durante su reciente visita al Klub de La Kalle, la Dra. Karen Quevedo, una autoridad en medicina estética y funcional, compartió una perspectiva crucial: el café, consumido en exceso, es un "error garrafal" que contribuye directamente al envejecimiento de la piel.
La explicación de la Dra. Quevedo es clara y directa. Si bien una taza ocasional puede no ser perjudicial, el consumo elevado de café a lo largo del día nos conduce a un estado de deshidratación. Esta deshidratación es un factor crítico, ya que provoca que la piel se torne seca.
Una piel seca es una piel más vulnerable a los signos del envejecimiento, menos elástica y con una apariencia más apagada. Es, en esencia, una piel que lucha por mantener su vitalidad y resistencia frente al paso del tiempo.
La doctora enfatiza que todo en exceso es malo, y el café no es la excepción; si tomas "un montón de café y te deshidratas durante todo el día, pues eso sí no está bien". Incluso, al final de la conversación, se dejó entrever que hasta una o dos tazas podrían ser perjudiciales si el objetivo es evitar la aparición de arrugas.
Pero, ¿qué podemos hacer al respecto? La solución comienza con el hábito más básico y fundamental: la hidratación adecuada.
La Dra. Quevedo insiste en la necesidad de consumir entre 2 y 3 litros de agua diarios. Para aquellos a quienes les cuesta beber agua pura, la doctora sugiere añadirle un toque de sabor, como zumo de limón o cáscaras de piña, para hacerla más apetecible.
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Esta medida simple, pero poderosa, es la primera línea de defensa contra la deshidratación y, por ende, contra el envejecimiento prematuro de la piel.
Más allá de la hidratación, la alimentación juega un rol estelar en la salud de nuestra piel. La doctora destacó el poder de los frutos rojos, calificándolos como "una bendición de Dios". Arándanos, uvas, fresas y moras son excelentes antioxidantes que combaten el daño celular y promueven una piel sana.
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Asimismo, la vitamina C es una aliada indiscutible; se encuentra en los cítricos y otras frutas, y es fundamental para la producción de colágeno y la luminosidad de la piel.
Sin embargo, la Dra. Quevedo hace una advertencia vital: las frutas deben consumirse enteras, no en jugo, ya que al licuarlas pierden fibra y propiedades, y su contenido de azúcar puede cargar el hígado y aumentar los niveles de glucosa en sangre, lo cual es perjudicial.
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Para potenciar la producción natural de colágeno, la experta recomienda incluir grasas saludables en la dieta, como los frutos secos (evitando el maní frito, que pierde sus propiedades) y, de manera muy especial, el pescado, una excelente fuente de omega-3 y colágeno.
Además, un alimento en tendencia que la doctora aprueba es el caldo de hueso de pollo, rico en colágeno puro y altamente beneficioso para la piel. Incluso mencionó la existencia de proteínas derivadas de hueso de pollo y recetas caseras de gelatina sin azúcar que pueden mejorar la producción de colágeno y la calidad cutánea.
En contraste, la Dra. Quevedo también identificó los verdaderos culpables dietéticos que aceleran el envejecimiento. Las grasas saturadas y trans, así como los aceites vegetales utilizados para freír, son especialmente nocivos.
Estos alimentos pueden sobrecargar el hígado y aumentar la producción de grasa en la piel, impactando negativamente su salud. Por lo tanto, todo lo frito o lo que "nade en aceite" debe evitarse.
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El impacto de la alimentación va más allá de la piel superficial; el exceso de azúcar, por ejemplo, desencadena un proceso llamado glicación, que daña las células, altera su regeneración y acelera el envejecimiento general del cuerpo, un efecto particularmente notorio en pacientes diabéticos. Para ellos, mantener la piel hidratada, especialmente los pies, es crucial debido a la pérdida de sensibilidad y el riesgo de úlceras.
Mira la entrevista completa aquí:
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