Aunque para buena parte del mundo la Navidad y el Año Nuevo son celebraciones profundamente arraigadas, llenas de tradiciones religiosas, familiares y culturales, existen países donde estas fechas pasan inadvertidas o directamente no se celebran.
Las razones varían: convicciones religiosas, restricciones gubernamentales, calendarios distintos o reinterpretaciones culturales que tranforman el sentido original de estas festividades.
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¿Cuáles son los países que no celebran Navidad y Año Nuevo?
En muchos países la Navidad no hace parte de las celebraciones nacionales porque no forma parte de sus creencias, algunos ejemplos de ello:
Arabia Saudita al ser un país que sigue la interpretación más estricta del islam, la Navidad no solo no se celebra, sino que puede ser vista como una práctica inapropiada o ajena a sus valores religiosos.
Brunéi también se rige por leyes basadas en la sharía e impone fuertes restricciones sobre cualquier manifestación pública o privada relacionada con esta festividad.
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En Irán, aunque existen minorías cristianas que sí celebran la fecha, la Navidad no es una celebración extendida en la vida cotidiana.
La población se guía por un calendario diferente y su celebración equivalente más importante es Nowruz, el Año Nuevo persa, que ocurre en marzo y marca el inicio de la primavera. Por eso, ni el 25 de diciembre ni el 1 de enero tienen un significado social relevante.
En Israel, donde predominan el judaísmo y el islam, la Navidad tampoco es una festividad nacional y la mayoría de celebraciones ocurren únicamente dentro de las comunidades cristianas minoritarias.
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El país se rige además por el calendario hebreo para sus celebraciones más importantes, lo que hace que las fechas tradicionales occidentales pasen casi desapercibidas para el resto de la población.
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Por otra parte, hay países donde las razones no solo son religiosas, sino también estrictamente políticas o ideológicas. En Corea del Norte, el cristianismo está restringido y cualquier celebración asociada a esta religión puede ser vista como una ofensa al régimen.
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La Navidad no solo no se celebra, sino que podría traer consecuencias para quienes intenten hacerlo.
En China, aunque se ven decoraciones navideñas en algunas ciudades, la Navidad no se considera una festividad oficial; en la mayoría de casos, las celebraciones están desligadas de cualquier sentido religioso y responden más a una influencia comercial.
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Un caso particular es el de Uruguay, donde el Estado laico decidió renombrar varias festividades para separarlas de sus orígenes religiosos. La Navidad se conoce oficialmente como “Día de la Familia” y el Día de Reyes como “Día de los Niños”, resignificando así estas fechas dentro de un contexto más inclusivo y menos religioso.
Finalmente, hay países donde lo que cambia no es la celebración como tal, sino el calendario. En naciones que siguen calendarios lunares o solares diferentes al gregoriano, como ocurre en China o Irán, el Año Nuevo no coincide con el 1 de enero. Eso no significa que no se celebre, sino que ocurre en otras fechas y bajo otras tradiciones completamente distintas.
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